Super Pumas para Operacion Balmis

Ejercito del Aire - Abril 27, 2020 - En plena pandemia, nuestros especialistas mecánicos no cesan en su trabajo para tener a punto todos los sistemas empleados en la Operación Balmis.

El sargento Daniel Cecilio Luque, de treinta y tres años de edad, catorce de ellos en el Ejército del Aire, arranca cada jornada en el Ala 48 con un lema, “cómo puedo ayudar para que todo pueda mejorar”. Bajo esa premisa este mecánico de vuelo, encuadrado en el 803 Escuadrón del Ala 48, pone a punto a diario los helicópteros Súper Puma que el Ejército del Aire ha dispuesto para colaborar en la lucha contra la pandemia.

Las tareas del sargento Luque, que será padre en unos días, ilustran la preparación de todos estos hombres y mujeres encargados del sostenimiento de estas aeronaves: mecánico de vuelo, operador de grúa de rescate, jefe de salto y supervisor de carga -tanto en traslado de pacientes con enfermedades infecto-contagiosas como en transporte de tropas-.

Efectivamente, estos helicópteros del 803 Escuadrón han obtenido recientemente la validación para el transporte aéreo de pacientes críticos infectados. “En el caso del transporte de estos pacientes, nuestra función ha sido preparar el helicóptero para poder introducir al paciente en una camilla con diversos equipos médicos. Fue necesario realizar unos vuelos con los compañeros del Centro Logístico de Armamento y Experimentación (CLAEX) para verificar que todos los equipos funcionaban correctamente y no interferían en el vuelo. Por ejemplo, algo tan simple como realizar una descarga de un desfibrilador en una reanimación a un paciente puede afectar a la seguridad del vuelo y es necesario hacer una prueba”.

Ellos mismos, trabajando codo a codo con la Unidad Médica de Aeroevacuación (UMAER), han descubierto matices que lejos de ser una anécdota son muy importantes para el vuelo. “Por ejemplo, cuando me enteré de que el peso de la camilla con paciente era de 150 kg. y había que subirla a pulso al helicóptero. Te das cuenta de tu trabajo. Mis compañeros de la UMAER son grandes profesionales con un gran afán por ayudar a los demás”, nos reconoce el sargento Cecilio.

Este curtido militar, con varias operaciones en el extranjero, reconoce que hacerse militar le viene de familia. “Mi abuelo materno estuvo destinado en la Compañía de Mar de Melilla, mi abuelo paterno fue legionario también en Melilla, mi padre infante en el Ejército de Tierra y mi hermano guardia civil”, nos cuenta orgulloso Daniel. Pero a él le tiraba la aviación. “Estuve trabajando con el Eurofighter dos años y ahora con el Súper Puma en un escuadrón de rescate. Más no puedo pedir”.

Ahora, otra nueva tarea es luchar contra la expansión del virus. Y el trabajo empieza por uno mismo. “Son protocolos muy meticulosos. En un sitio muy confinado. Antes de ir a por el equipo de vuelo tenemos que desinfectarnos y ponernos mascarillas y guantes para entrar al helicóptero. Además, en caso de una aeroevacuación de un paciente con COVID-19, en mi rol como mecánico de vuelo, debo ponerme el Equipo de Protección Individual (EPI), ya que, desde el momento en el que el personal sanitario entra en el helicóptero, abandono la cabina (zona limpia) para ejercer como supervisor de carga en el compartimento de carga (zona sucia), cerrando previamente, la puerta de separación. Este proceso es fundamental para mantener la estanqueidad de las tripulaciones”.

Al mismo tiempo que prepara el combate contra la pandemia, el 803 Escuadrón no cesa en su cometido. “La unidad mantiene la operatividad al cien por cien dando cobertura de búsqueda y salvamento (SAR) y aeroevacuación donde y cuando se nos necesite las veinticuatro horas del día los siete días de la semana”.

Gran deportista, el confinamiento ha tirado al traste su afición por el pádel, el tenis y el fútbol. Es lo que toca. Le queda entretenerse con el ordenador, otra de sus aficiones, y soñar con disfrutar entre amigos de unos canelones de atún, su plato favorito. Su esperanza es su propia patria. “Somos un gran país, en solidaridad no nos gana nadie”, afirma orgulloso el sargento Cecilio. “Que todo español tenga claro que, aunque estemos en el peor escenario posible, los militares siempre responderemos por ellos sin dudarlo. Ánimo y mucha fuerza”.